Por David Galloway
El embarazo, con su combinación de cambios físicos y hormonales, es bastante severo con el cuerpo de una mujer. Lo que menos necesita una futura madre es la complicación de un cáncer. Lamentablemente, aproximadamente uno de cada 1 000 embarazos coincide con el cáncer. A menudo, se les aconseja a las mujeres que terminen con el embarazo, pero muchas mujeres son capaces de someterse a un tratamiento efectivo contra el cáncer y tener un bebé saludable.
El cáncer de mama es el que se diagnostica más comúnmente durante el embarazo, seguido por el cervical, linfoma y de tiroides. Menos comunes son la leucemia y el melanoma. Con la excepción de la mayoría de los cánceres cervicales, el embarazo y el tratamiento contra el cáncer no son mutuamente excluyentes.
El panorama es mucho mejor para los pacientes con cáncer de mama. Los Dres. Theriault y Gwyn trabajan con mujeres que han sido diagnosticadas con cáncer de mama durante el embarazo. Desde 1989, ellos han tratado más de 50 mujeres con esta condición. La mayoría de los cánceres que ven ya están en una fase avanzada cuando se diagnostican, en parte porque las pacientes y los médicos tienden a descartar los bultos durante el embarazo como cambios relacionados con el embarazo. «Lo ponen como mastitis, conductos lácteos bloqueados o alguna otra razón».Se espera que aumente la incidencia del cáncer de mama junto con el embarazo, a medida que más mujeres posponen tener hijos y se aumenta el uso de mamografía. El programa de revisión de estadísticas de cáncer del Instituto Nacional del Cáncer encontró que las mujeres que quedan embarazadas por primera vez después de los 30 años tienen de 2 a 3 veces más riesgo de contraer cáncer de mama que las mujeres que lo hacen antes de los 20 años. Cuando se encuentra una anomalía, la Dra. Gwyn recomienda que los obstetras busquen la ayuda de especialistas de cáncer en vez de cargar con el peso del diagnóstico. La lectura correcta de un mamograma o un ultrasonido de una mujer embarazada es difícil y requiere experiencia, como lo es interpretar los resultados de una biopsia de un pecho lactante.
Si se encuentra que una mujer embarazada tiene cáncer, es probable que sea un cáncer agresivo. Ese hecho lamentable no está relacionado directamente con el embarazo sino con la edad de las pacientes. «Los tumores en las mujeres embarazadas no son diferentes de los tumores en otras mujeres jóvenes». No obstante, si el tumor se halla tempranamente, esa agresividad histológica puede jugar a favor del paciente. «Suena como si los tumores que tienen características histológicas agresivas fuesen malos, algo que usted no quiere tener», dijo la Dra. Middleton. «Pero en realidad, pueden responder mejor a la quimioterapia debido al rápido recambio de las células tumorales».
El tratamiento preferido para una mujer diagnosticada con cáncer de mama local avanzado o con nódulos positivos durante el embarazo es quimioterapia después del primer trimestre, seguido por cirugía, usualmente después del parto. La radioterapia típicamente no se usa hasta después del parto. No obstante, los investigadores están alentados por los resultados de un estudio de pacientes embarazadas con linfoma que fueron tratadas con quimioterapia. Sus niños han sido monitoreados durante más de 18 años y algunos de ellos ya han demostrado fertilidad.
El embarazo, con su combinación de cambios físicos y hormonales, es bastante severo con el cuerpo de una mujer. Lo que menos necesita una futura madre es la complicación de un cáncer. Lamentablemente, aproximadamente uno de cada 1 000 embarazos coincide con el cáncer. A menudo, se les aconseja a las mujeres que terminen con el embarazo, pero muchas mujeres son capaces de someterse a un tratamiento efectivo contra el cáncer y tener un bebé saludable.
El cáncer de mama es el que se diagnostica más comúnmente durante el embarazo, seguido por el cervical, linfoma y de tiroides. Menos comunes son la leucemia y el melanoma. Con la excepción de la mayoría de los cánceres cervicales, el embarazo y el tratamiento contra el cáncer no son mutuamente excluyentes.
El panorama es mucho mejor para los pacientes con cáncer de mama. Los Dres. Theriault y Gwyn trabajan con mujeres que han sido diagnosticadas con cáncer de mama durante el embarazo. Desde 1989, ellos han tratado más de 50 mujeres con esta condición. La mayoría de los cánceres que ven ya están en una fase avanzada cuando se diagnostican, en parte porque las pacientes y los médicos tienden a descartar los bultos durante el embarazo como cambios relacionados con el embarazo. «Lo ponen como mastitis, conductos lácteos bloqueados o alguna otra razón».Se espera que aumente la incidencia del cáncer de mama junto con el embarazo, a medida que más mujeres posponen tener hijos y se aumenta el uso de mamografía. El programa de revisión de estadísticas de cáncer del Instituto Nacional del Cáncer encontró que las mujeres que quedan embarazadas por primera vez después de los 30 años tienen de 2 a 3 veces más riesgo de contraer cáncer de mama que las mujeres que lo hacen antes de los 20 años. Cuando se encuentra una anomalía, la Dra. Gwyn recomienda que los obstetras busquen la ayuda de especialistas de cáncer en vez de cargar con el peso del diagnóstico. La lectura correcta de un mamograma o un ultrasonido de una mujer embarazada es difícil y requiere experiencia, como lo es interpretar los resultados de una biopsia de un pecho lactante.
Si se encuentra que una mujer embarazada tiene cáncer, es probable que sea un cáncer agresivo. Ese hecho lamentable no está relacionado directamente con el embarazo sino con la edad de las pacientes. «Los tumores en las mujeres embarazadas no son diferentes de los tumores en otras mujeres jóvenes». No obstante, si el tumor se halla tempranamente, esa agresividad histológica puede jugar a favor del paciente. «Suena como si los tumores que tienen características histológicas agresivas fuesen malos, algo que usted no quiere tener», dijo la Dra. Middleton. «Pero en realidad, pueden responder mejor a la quimioterapia debido al rápido recambio de las células tumorales».
El tratamiento preferido para una mujer diagnosticada con cáncer de mama local avanzado o con nódulos positivos durante el embarazo es quimioterapia después del primer trimestre, seguido por cirugía, usualmente después del parto. La radioterapia típicamente no se usa hasta después del parto. No obstante, los investigadores están alentados por los resultados de un estudio de pacientes embarazadas con linfoma que fueron tratadas con quimioterapia. Sus niños han sido monitoreados durante más de 18 años y algunos de ellos ya han demostrado fertilidad.
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