La mayoría de enfermos oncológicos que reciben quimioterapia y radioterapia sufren un cierto grado de anemia que suelen tolerar bien y de una manera tan interiorizada que no es vista como un grave problema. La astenia o cansancio, asociado a la anemia crónica y a las frecuentes transfusiones sanguíneas requeridas, acostumbra a ser de evolución lenta y progresiva, por lo que el paciente se va adaptando. Sólo un sangrado rápido y masivo alarma hasta el extremo de acudir a urgencias.
La anemia se controla mediante analíticas que miden las bajadas de los niveles de hemoglobina. Lo óptimo es no descender por debajo de 13 en hombres, y de 12 en mujeres. Pero hay enfermos que toleran cifras inferiores a 10.
En los procedimientos terapéuticos contra la anemia valen los suplementos de hierroeritropoyetina (EPO), tratamiento del que se beneficia hasta un tercio de los afectados. En 3 o 4 semanas se nota una franca mejoría. combinados con el fármaco a base de
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