El estudio demuestra que los niños que se sometieron a trasplante de células madre de la sangre de cordón umbilical son mayores que las del trasplante de medula.
Lo que este estudio muestra es que la sangre del cordón umbilical no debe ser considerada nunca más como una terapia de segundo orden.
Los pacientes de leucemia pueden esperar meses para contactar con un donante de médula apropiado, tiempo en el que la enfermedad puede empeorar. Por primera vez, el momento del trasplante lo podrían marcar las necesidades del paciente y no la disponibilidad de una médula afín.
Además, la investigación muestra cómo, aunque la sangre del cordón umbilical es más lenta en el proceso de reconstrucción de las células dañadas, ofrece un rechazo mucho menor por parte del sistema inmunológico del pequeño.
Tanto las médulas óseas como la sangre del cordón umbilical de los bebés contienen células madre que pueden crear nuevas células sanguíneas, incluidos los leucocitos o glóbulos blancos del sistema inmunológico que se convierten en cancerígenas con la leucemia.
Cada vez es más común que los padres decidan mandar la sangre del cordón umbilical de sus hijos a un banco de conservación, ya sea privado o público, para que pueda ser utilizada posteriormente para curar enfermedades del bebé.
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